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“Lo voy a guardar por si acaso…”. “Por si acaso mejor lo dejo…”. ¿Has oído estas frases? O peor, ¿Las has dicho?

Si ha sido así, no te preocupes, no has sido la primera y tampoco la última. Aprovecharé para declararme culpable de guardar algún cuaderno de la secundaria por si acaso lo necesitaba en la preparatoria… Nunca sucedió.

A lo largo de mi vida he escuchado a muchas personas guardando las cosas “por si acaso”, y lo llevan al extremo de no poder pasar por los pasillos y/o tener la alacena, el ático o el sótano hasta el tope.

Llenos de muebles viejos, ropa de hace años, libros del primer grado de primaria de sus padres, el vestido de la tátarabuela, el carrito de tu hermano, etc.

Todo esto guardado “por si acaso”. Por si utilizas el tocador para su casa nueva… por si utilizas el libro para recordar lo que no aprendiste bien…por si utilizas el vestido por si te casas y el carrito para tus hijos.

Esta por demás decir que de todas esas cosas guardadas “por si acaso” algunas pueden estár rotas, percudidas, llenas de moho o incluso por deshacerse.

¿Te has preguntado que guardar todo esto “por si acaso” tendrá consecuencias? O quizá, ¿realmente lo voy a necesitar en un futuro?

Personalmente creo que sí acumulamos demasiados objetos, estaremos impidiendo un flujo de energía positivo y por consecuente, afectaremos a nuestra salud.

Como yo no he realizado estudios sociales ni mucho menos, te presento un estudio realizado por L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). (EFE). Donde nos comentan que: “Un 4% de la población mundial está afectada por el Síndrome de Acumulación Compulsiva”.

¿No lo habías escuchado? No te preocupes (aún), vamos paso a paso y para que no sean pasos de tortuga, empecemos de una vez.

El “por si acaso” es una frase super común y lamentablemente nos resta energía. Además, habla mucho sobre nosotras.

Yo espero que cuando termines de leer esto, corras a empezar a deshacerte de cosas que guardaste “por si acaso” las llegabas a ocupar en cualquier momento.

La desconfianza detrás del por si acaso

Constantemente estoy promoviendo el amor propio y la confianza en ti misma. Estoy segura de que no sabias que el acumular cosas innecesarias afecta tu confianza y la confianza que puedas tener en el futuro.

¿No lo habías imaginado?

Ya sé, no entiendes muy bien que tiene que ver una cosa con la otra, no te preocupes a eso voy.

Cuando confías en ti, comienzas a confiar en que las situaciones se acomodan y que en el futuro van a llegar en el momento preciso. Por lo que no te preocupas si vas a utilizar algo de lo que decidiste desprenderte.

Aquí se va aclarando el punto. Cuando hablamos del “por si acaso” estamos insinuando que no confiamos en el futuro. Esto va acompañado de miedo; justo por eso guardamos las cosas.

Ese miedo a que no las tengamos y que en algún punto lleguemos a necesitarlas, aunque la mayoría de las veces no sea así. 

¿Qué pasaría si lo hiciéramos al revés?

Simple. La vida es tan buena onda que cuando te organizas y tienes lo necesario en el tiempo indicado, ella misma te hará tener las cosas y las condiciones aptas o necesarias para ese futuro.

Cuando sueltas las cosas, agradeces y confías, la vida te apapacha y te recompensa.

¿Tengo lo que necesito? Vs ¿necesito lo que tengo?

Creo que esta es una de las cuestiones que más fácil puede hacernos caer en el “por si acaso”.

Cuando estamos haciendo la limpieza y organización de algún sitio, muchas veces ocurre que todos los objetos que han salido de ahí pasan por una exhaustiva revisión, donde los miramos, vemos si aún sirven o si no se han utilizado. Lo único malo es que no hacemos uso de las 6 reglas del orden y caemos en el error de guardar muchas cosas que ya no necesitamos. Peor aún, que nunca ocupamos ni ocuparemos; pero que muchas las guardamos por si acaso en un futuro las necesitaremos.

Para empezar, si ese objeto no lo utilizaste en los últimos 3 meses, jamás lo vas a utilizar. Probablemente lo vas a guardar en un lugar donde no sea visible porque no lo usas comúnmente, no te hace feliz verlo y solo estará ocupando espacio.

En segundo lugar, no necesitas tal objeto porque si fuera el caso contrario, no estaría guardado y arrumbado en alguna esquina de un closet.

Recuerda que, si no lo utilizas o no te hace feliz, no lo necesitas.

La relación es simple cuando se plantea de esta manera. Sin embargo, fuera de eso está el lado sentimental, que nos hace crear un fuerte vínculo con los objetos y que no impide dejarlos ir.

Una de las cosas que más puede confundirnos

Los sentimientos o lo que representa dicho objeto para nosotros…¡¡agárrate que ahí voy!!

Esa es la frase de todos los objetos que representan un momento bueno o malo de nuestras vidas. Es obvio el por qué esto puede confundirnos.

Los sentimientos son nuestro mejor o peor enemigo cuando se trata de organizarlo, porque nunca va a ser lo mismo deshacerte del osito de peluche que te regalo tu ex justo después de que te fue infiel, a la cajita de música (que ya no funciona) que te regalo tu abuelita antes de morir.

Obviamente el osito por muy bello que sea, será mucho más fácil que lo dejes ir por el simple hecho de lo que representa, pero, ¿qué pasa con la cajita?

Bueno, dicha cajita, aunque ya esté en las peores condiciones, y por mucho que grite “POR FAVOR YA MANDAME A RECICLAR, ME ESTOY CAYENDO A PEDAZOS”, tu no querrás dejarla ir.

Ahora viene una de las situaciones más delicadas.

Los objetos en general tienen una función. Dependiendo de la manera en que entren en nuestras vidas tendrán un propósito. Si el mensaje que tu abuelita quería transmitirte con esa cajita era el amor que sentía por ti, queda más que claro que esa cajita cumplió su propósito; pero ya no puede realizar ninguna función, jamás volverá a sonar…

Considero que es justo para ella que la dejes ir, el propósito de darte el mensaje de tu abuelita ya lo cumplió y es lo que no debes de olvidar: lo mucho que ella te amaba.

El caso con los objetos sentimentales es que muchas veces no nos hacen felices, o no nos agradan visualmente. Los conservamos por lo que representaron en cierto momento de nuestras vidas.

Si algún objeto con carga sentimental no te hace feliz y ya no puede cumplir ninguna función, lo mejor es que le agradezcas que haya cumplido con su propósito y lo dejes ir.

Ahora puede que no entiendas la relación con el por si acaso, ¡A ESO VOY!

Supongamos que tu tatarabuela le dio un collar a tu bisabuela y así, generación por generación hasta llegar a ti. Obviamente este collar tiene un mensaje que trasmitir a las mujeres de tu familia. Sin embargo, el pobre ya está más desgastado y oxidado que nada, no obstante, tú decides guardarlo “por si acaso”, tienes una hija y le puedas dar ese regalo.

¿Qué pasa?

Resulta que no tienes hijas, solo hijos y decides guardarlo “por si acaso” tus hijos tienen hijas. Lo malo es que el tiempo sigue pasando, el collar ya no sale de tu alhajero y se hace más viejo.

Lo preferible seria que le dieras las gracias, lo dejaras ir y que más adelante, si llegas a tener nietas, veas la posibilidad de transmitir el mensaje que tenía ese collar de otra manera. (Excelente)

Recuerda que al final, las cargas emocionales, son eso, cargas. En el momento que las dejas fluir todo empieza a volverse más ligero, y tu vida fluye con más tranquilidad y armonía.

He ahí la importancia de aprender a organizarte y entender todo lo que hay detrás de eso.

Por si acaso = Ansiedad y miedo

Quería dejar esto al último porque no quería que te espantaras de más, al menos no como yo lo hice (solo un poco) cuando lo leí y entendí que tenia muchas probabilidades de ser cierto.

En primera, siempre hay temores ante cualquier situación y al organizar, no es una excepción.

El “por si acaso”, más que un miedo a deshacernos de las cosas, como ya te dije, es miedo al futuro. Por si no lo sabias, el vivir pensando en el futuro es un síntoma de ansiedad.

Que al final todo se ve envuelto por la incertidumbre de qué pasará en el futuro. Por esta razón el por si acaso se vuelve el inicio de todas nuestras excusas para cargar de más, guardar de más y vivir con más.

Recuerda que el más no siempre es algo bueno. Por ejemplo, no creo que quieras vivir con MÁS deudas…o ¿sí?

Mi mejor consejo para esta situación es darte un tiempo para observar el objeto, reflexionar cuantas veces lo has utilizado, para que lo has utilizado y si de verdad necesitas tenerlo ahí. Olvídate de las excusas que seguro pondrá tu cabeza y piensa de manera racional.

Créeme que no necesitas tantísimas cosas para vivir. Pon a dieta cada rincón de tu casa. Quítale 10 kilos de ropa al armario, 20 libras de platos a la alacena, 1 tonelada de maquillaje a tu cosmetiquera…

De verdad no necesitas tanto para sobrevivir, ni para ser feliz.

Cuando te encuentras en esta etapa de ansiedad y miedo, estás entre los rangos normales de la mayoría de las personas a la hora de ordenar. Aunque no querrás ni de chiste pasar al síndrome de acumulación compulsiva.

Síndrome de Acumulación Compulsiva

Por fin llegamos al punto más caótico del “por si acaso”.

Ya te había mencionado que un 4% de la población mundial es afectada por este síndrome, según un estudio realizado por L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). (EFE).

Lore y eso ¿Se come?

No, mi querida Lover. Eso no se come ni con sal o pimienta. Eso se vive y muchas personas lo están pasando mientras tu apenas lo estás leyendo. Quizá, tú estás en esa situación (espero que no) y no lo habías notado.

Cualquiera que sea el caso, está información te ayudará. Con los consejos que te he dado puedes apoyarte.

El síndrome de acumulación compulsiva hace énfasis en la dificultad que tiene una persona a la hora de deshacerse de las cosas. O sea, ¿de verdad le cuesta riñón y la mitad del otro tomar la decisión de decidir dejar ir un objeto? El detalle con estos objetos que les cuesta desechar, es que la mayoría de las personas los considera inservibles.

Lo malo es que la persona que padece este síndrome no es capaz de concebir esta idea. Cuando alguien sufre este síndrome, difícilmente podemos identificarlo a simple vista porque son personas comunes y corrientes. La forma en que podemos notarlo es cuando nos invitan a su casa y nos damos cuenta que tiene un montón de cosas que ya no son funcionales o que no tienen ningún valor en absoluto.

Son personitas que, por ejemplo, tienen un mueble viejo y deciden guardarlo por décadas por si en algún momento pueden reutilizarlos para hacer otro mueble a partir de ese. O que llegan a tener libros en los que ya ni siquiera se entienden muy bien las letras por el desgaste, pero los conservan por si necesitan revisar algo.

No está mal conservar objetos de valor sentimental. El problema es que estos acumuladores consideran demasiadas cosas de valor sentimental y tanta acumulación afecta su vida diaria.

Difícilmente, una persona que sufra de este síntoma lo va a aceptar.

Ahora quiero hacer mucho énfasis en que este síndrome no tiene nada que ver con la diagénesis.

La diagénesis es trastorno en el que las personas acumulan muchas cosas. Además descuidan todo: su casa, sus muebles, su higiene, su ropa y su vida en general.

El futuro es incierto

Mi Lover, la vida es una moneda al aire. Nunca sabrás que cara caerá y está bien prevenirse. Créeme que la vida es tan perfecta que siempre te pondrá en las situaciones correctas, y te acercará las herramientas necesarias para que las afrontes.

Te aseguro que muchas cosas de las que has guardado “por si acaso” no las vas a ocupar. Permite que la vida te sorprenda y deja ir esos objetos que no necesitas y que tampoco te hacen feliz.

No ates tu energía y tu vida en general a cosas, que en vez de ayudarte son una carga. Déjate fluir con lo que de verdad necesitas. Al final de cuentas, nunca sabes dónde vas a estar mañana y mucho menos las cosas que vayas a utilizar.

Photo by Lukas Blazek on Unsplash

Recapitulemos un poquito sobre lo que hemos aprendido en este artículo.

  • Hablamos un poco de la desconfianza que existe detrás de un simple “por si acaso” sobre la desconfianza en el futuro
  • Comentamos si las cosas que tenemos realmente las necesitamos o si simplemente las tenemos porque creemos que las necesitamos
  • El impacto que tienen nuestras emociones a la hora de decidir qué cosas deberían de irse.
  • También se habló sobre la ansiedad, el miedo y el síndrome de acumulación compulsiva, en general.
  • Por último, comentamos que lo más sano en esta vida es dejar que el futuro nos sorprenda y nos acomode las herramientas que necesitemos para enfrentarla en el preciso momento.

Comprende que el “por si acaso” solo denota miedo y que eso no nos deja avanzar. Lo más saludable es que dejes ir las cosas cuando ya cumplieron su propósito, ya no son útiles o no te hacen feliz. Recuerda que todo lo que escribo es desde mi experiencia y la investigación que hago. Por lo tanto, no puedo decir que soy una experta; pero todo lo hago para que tu mejores y abandones situaciones que solo te impiden avanzar.

Justamente es lo que pretendo: ayudarte a través de mis experiencias. Lo único que deseo es que seas tú mejor versión para que juntas mejoremos este planeta; que no me cabe duda, está lleno de personas maravillosas con mucho potencial para hacer un cambio de adentro hacia afuera.

Mi querida Lover, no te imaginas lo mucho que te agradezco que llegaras hasta aquí. De verdad deseo que apliques estos consejos. Ya sabes que si te gustó este post lo puedes guardar en tu Pinterest.

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Si te gustaría que habláramos más de temas relacionados a organización, déjame un comentario y lo tomaré en cuenta para futuros posts.